viernes, 29 de junio de 2012

Elecciones 2012 y Voto Nulo

Entiendo y comparto el extraordinario afán de que no regrese el PRI a la presidencia de México, pero no entiendo y me parece que nadie llega a explicar por qué exactamente la anulación del voto (para quienes hemos considerado esa opción a conciencia e informadamente como cualquier otro mexicano que piense su voto) sería regalárselo al candidato Peña Nieto. El que tenga más votos será el que gane, si no mal entiendo, lo que se vería afectado son los matices porcentuales de la victoria, complicados matices si llegara a ser una competencia demasiado cerrada, pero esto no sería definitivamente por los votos anulados, si no por la situación concreta del país, los actores políticos y la sociedad mexicana en su conjunto. Por otro lado la anulación del voto, aunque no tiene ningún significado jurídico, (aunque puede tener fuerza activa como en 2009) significa una opción igual de válida para la conciencia cívica de una persona como lo podría ser el voto útil para quien viendo su opción político ideológica perdida, decide sumarse a una que considere menos mala o en contra de alguna en particular que considere que pueda ganar. Coincido con Javier Sicilia en que es una cuestión moral, pero también que debería tener un peso especifico en las leyes electorales de este país, poniéndonos al día con democracias más modernas y menos temerosas del poder de sus partidos políticos. Cabe mencionar que por ejemplo partidos como el PANAL y otras instituciones políticas que funcionan como verdaderas minas de oro para ciertos personajes podrían perder su registro con la suficiente fuerza de la anulación del voto. Hay dos candidatos que podrían ganar esta elección, esto dependerá fundamentalmente de los medios que ellos y sus partidos utilicen y de sus electores convencidos, no creo que de quienes se decidan por la anulación. Aclaro que el abstencionismo es cosa muy distinta de la anulación intencional del votante, otra los que votan mal y otra cosa distinta son también los funcionarios electorales "anulistas", de quienes siempre, independientemente de nuestras tendencias políticas, habrá que estar vigilantes en una elección.